Casas de piedra estupendas

A la gran variedad de piedras naturales que existen hay que sumar las que podemos encontrar procesadas para su utilización en aplacados y modernas fachadas ventiladas.

Los aplacados son un tipo de fachada donde la piedra se utiliza como material de acabado, solamente a modo decorativo (y como protección del muro), sin ser el material de construcción del muro propiamente dicho. En las fachadas ventiladas ocurre lo mismo, con la diferencia de que la piedra natural se ancla al muro soporte mediante una subestructura metálica, creando entre ambas hojas una cámara ventilada. Estas últimas, son una magnífica opción de construcción y relativamente novedosa,  pues ofrece muy buenas prestaciones térmicas y una amplia variedad de acabados de calidad y duraderos.

Actualmente, los muros formados por piedra natural se dejan vistos al exterior, pues no necesitan  ningún tipo de revoco, pero hacia el interiores se suele situar una segunda hoja formada por una pared de ladrillos con un enfoscado posterior para obtener una superficie lisa y bien terminada. Del mismo modo, cada vez es menos habitual que sobre los muros de fachada recaiga también la función estructural, por lo que necesitan de una estructura metálica o de hormigón interior.  

En ciertas ocasiones aprovechamos la expresividad de los muros de piedra, introduciéndola en el interior con fines puramente decorativos, para dotar a las estancias de este aire campestre y rústico que aporta la piedra irregular. 

La piedra natural ofrece a nuestras casas y edificios dos características fundamentales, protección y diseño.

En viviendas de campo construidas en zonas rocosas es bastante común apostar por muros formados por piedras irregulares, recogidas directamente del terreno. Este tipo de muros construidos con piedra natural, sin trabajar, suelen ser de gran espesor. Tradicionalmente estos muros realizaban también una función estructural, como muros de carga de la vivienda.  El bello abanico de colores que presentan las diferentes piedras mezcladas para conformar estos muros decoran naturalmente las viviendas de este tipo y se adaptan al paisaje en el que se construyen, sin necesitad de tratamiento exterior alguno.

Las fachadas de piedra no se limitan solamente al ámbito campestre sino que encontramos multitud de ejemplos de viviendas de piedra en núcleos de población, como esta vivienda situada en el municipio de Bayona. Se trata de una casa tradicional restaurada en la que los autores han querido preservar su esencia señorial al máximo. Para ello, enfatizaron la majestuosidad de los sillares de piedra con el uso de cerramientos y carpinterías de diseño clásico: marcos blancos con particiones y contraventanas que combinan a la perfección con la fachada formada por sillares de granito.

Como todos los materiales, también la piedra tiene algunos inconvenientes. Quizá el inconveniente más destacado es su elevado coste, en comparación con otros materiales de cerramiento. La otra pega que podemos ver al empleo de la piedra como elemento constructivo es su dificultad para ser transportada y manipulada, debido a su elevado peso. Por ello, en construcciones actuales se suele apostar por piedras de menor tamaño y espesor, los llamados muros de mampostería, cuya puesta en obra es mucho más sencilla. 

Los grandes bloques de piedra, conocidos como sillares, los solemos encontrar habitualmente viviendas antiguas rehabilitadas, como la que vemos en la imagen. 

La piedra es uno de los pocos materiales (tal vez el único) que puede ser colocado tal y como lo encontramos en la naturaleza, sin necesidad de alterar su forma o su composición con tratamientos químicos o mecánicos. ¿Como lograr entonces el acabado o estética que necesitamos? pues eligiendo entre los distintos tipos de piedra que podemos encontrar, con apariencia y características son totalmente distintas. 

Los tipos de rocas más utilizados en la edificación son: calcáreas (mármoles), areniscas, granito y pizarras. Dentro de cada una encontramos distintas variedades, lo que nos garantiza un amplio abanico cromático, de texturas y formatos que se adecuará a cualquier diseño de fachada.

Como vemos, más allá de la imagen de las típicas casas de campo o de las casas señoriales, la piedra puede ser utilizada en viviendas de muy variados estilos. Incluso en viviendas contemporáneas que apuestan por un estilo moderno en su aspecto exterior y en el diseño de sus interiores, la piedra puede ser un material constructivo ideal. Como muestra, esta vivienda de estilo minimalista en la composición de los volúmenes que la forman, en las líneas de diseño sencillas y en los materiales empleados para los interiores y los cerramientos de huecos, donde la elección de la piedra clara con la junta marcada para enmarcar el patio resulta, qué duda cabe, un gran acierto.

La piedra tiene una gran inercia térmica y es una buena protección frente a la humedad. Los muros de piedra nos ayudan, por tanto, a mantener una temperatura constante en el interior, pues se calientan de manera progresiva durante el día e irradian el calor durante las noches frías de invierno; en verano, el proceso es a la inversa, protegen al interior del sobrecaliento diurno. Esto hace que las casas construidas con muros de fachada de piedra sean altamente eficientes. A esta condición hay que sumar que no necesitan mantenimiento, ningún tipo de proceso químico y que la piedra es 100 % reciclable, lo que hace de ella un material muy sostenible.

Es habitual en viviendas de nueva construcción utilizar la piedra sólo en determinadas partes de la misma y no en toda su envolvente. En estos casos, la piedra se puede combinar con otros materiales de menor coste y más fáciles de transportar, como en la vivienda que os mostramos. La versatilidad de la piedra nos permite combinarla con todo tipo de materiales, desde el acero a la madera pasando por paños lisos (enfoscados, monocapas,… ), creando efectos asombrosos en la fachada que a nivel estético resultan muy sugerentes y que abaratan la construcción de la casa.

Si a todo lo dicho sobre la piedra le añadimos su intemporalidad, como material natural que es, nos encontramos con la ventaja de ser una fachada que nunca pasa de moda. La piedra natural se encuentra en tantas formas, tamaños, colores y texturas distintas que la apariencia final de una casa de piedra está limitada sólo por la imaginación de quien la diseña y construye. Esta diversidad presente en las piedras naturales utilizadas en construcción nos permiten hacer variadas combinaciones que dan lugar a fachadas cargadas de personalidad.