Topos (que deviene del griego y significa lugar), refiere en literatura o en la oratoria, a un método normalizado de construir o tratar un tema para que el orador, pueda ganar el apoyo de su audiencia.
En arquitectura podemos trasladar ese concepto a través de la interpretación del lugar como argumento para la construcción de un edificio, que en su inicio no es mas que una idea.
Esta idea de interpretar el lugar es donde se sostiene el trabajo realizado por el estudio Poggi Schmit en esta casa CRA.
Un terreno particular situado en la parte alta del valle del río Limay en Neuquén, con dimensiones y limites irregulares, son el dato fundamental de esta obra.
La propuesta trata de usar todo el terreno (o al menos las caras a ocupar para sacarle partido a la mejor orientación). Aparecen entonces dos alas bien definidas, una sobre el lado hacia donde va la pendiente sobre el valle y la otra perpendicular a esta y ocupando toda la línea medianera.
Ahora bien, estos volúmenes podrían responder a una idea de ortogonalidad y rectitud en el diseño que el terreno mismo no posee, pero lejos de eso pugnan por ser fieles a estas condiciones del lugar. Por este motivo, lo construido responde y presenta irregularidades en sus líneas. Caras que se inclinan, muros que se tuercen, aberturas con caras sin ángulos rectos, son algunas de las ideas que se trasladan del terreno al diseño de la vivienda.
Se trata entonces de dos volúmenes, uno contiene el área social y el otro transversal armado en dos niveles. En planta baja contiene un espacio para reuniones sociales, con parrilla y en la planta alta se desarrollan los dormitorios.
Una pileta se integra a ambos volúmenes funcionando como una espacie de espejo de agua en el centro del patio.
Hacia el sector en pendiente el área de estar comedor se abre al valle con grandes ventanales, para poder aprovechar las visuales hacia la ciudad. El quincho contiguo posee una terraza en voladizo, como si se tratara de una pequeña terraza. En ella se encuentra la parrilla. Sobre este espacio aparece el volumen de los dormitorios, que genera un semicubierto en la planta baja sobre el sector de la terraza.
En una especie de síntesis compositiva, podríamos decir que el diseño de esta vivienda se realiza con dos prismas que se entrecruzan entre si.
Ambos volúmenes hacia el interior del terreno se conectan en su espacio exterior a través de una galería, que también sigue el criterio organizador de respetar la no ortogonalidad del los límites medianeros. Esta oblicuidad se manifiesta también de manera muy peculiar en las aberturas, donde aparecen planos inlinados en sus lados o inclinaciones en su plano vertical, dándole una extraña geometría a las mismas, con ciertos aires surrealistas.
Todos los elementos fueron configurados a través de esta idea. Particular es el caso de la escalera que fue pensada como un objeto que no interrumpa las visuales desde adentro hacia afuera y desde afuera hacia adentro.
Todas estas referencias son llevadas desde el planteo general (la configuración de las volumetrías y lineas oblicuas de la implantación) como pudimos ver, hasta la resolución de los detalles (el caso mas puntual es el de las aberturas con planos inclinados). Este argumento evidencia la clara intención de proyectar respetando las características del lugar, logrando que esta vivienda solo pueda ser entendida como nacida para crecer en este entorno y no en ningún otro lugar.
Te recomendamos además de ver el resto de las imágenes de esta interesante propuesta, leer el siguiente artículo de Antonia Tapia: Elevada y sensacional -¡una casa en las alturas!