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El orgullo nacional o sentir argentino es, como todo lo nuestro, intenso. Y es que definitivamente los argentinos somos de extremos. Esto se refleja en los usos y costumbres, que más que simples tradiciones se convierten en pasiones. Hay que recordar que la herencia argentina es muy rica en términos culturales, con una fuerte influencia española, italiana e inglesa, que se sumó a las costumbres nativas. Como ocurre en países con una inmigración tan variada, algunas de las costumbres de nuestros antepasados europeos se adaptaron y fundieron con las originarias y el resultado ha sido un conjunto de tradiciones que nos enriquecen como pueblo, nos dan identidad, que nos hacen sentir que pertenecemos
y que somos parte de algo más grande que nosotros.
Ya sea la adicción al dulce de leche, el orgullo nacional en fiestas patrias o una pasión por el fútbol que no es apta para cardíacos, las costumbres argentinas tienen una explicación en nuestra herencia étnica y cultural, en nuestro vasto y variado territorio y en el amor que sentimos ya sea por nuestra ciudad natal o por el campo.
Dentro de ese amplio término de costumbres argentinas
podemos incluir las gastronómicas, que ocupan un lugar casi podríamos decir preponderante. Luego están las culturales como la música, la danza, el teatro, la literatura y las artes en general. Las deportivas no se quedan atrás, con el fútbol a la cabeza, amén de otros deportes heredados de nuestros antepasados ingleses como el rugby o el hockey. También debemos tener en cuenta las tradiciones relacionadas con fiestas patrias o religiosas y por último las relacionadas con la geografía o región específica de la que seamos oriundos.
A pesar de lo extenso del territorio nacional, las costumbres argentinas más notorias están extraordinariamente generalizadas. En la Argentina se toma mate en misiones y también en Tierra del Fuego. Se devoran medialunas y dulce de leche en Mar del Plata y en Bariloche. Se celebra el 25 de mayo y el 9 de julio a lo largo y ancho de nuestro país y ni hablar de cuando es época de ponerse la camiseta de la selección de fútbol, las rivalidades entre clubes quedan a un lado, al menos por el tiempo que dure el torneo internacional.
Estas costumbres tienen una forma de reflejarse en nuestros ambientes, tanto interiores como exteriores y la finalidad de este libro de ideas no es simplemente la de hacerle un homenaje a la Argentina el 9 de julio, sino también el de mostrarles cómo con algunos toques que destaquen nuestro sentir patrio, pueden influir en la decoración dándole mucha personalidad y evidenciando el amor por nuestro país y el orgullo que sentimos por el gentilicio.
Las costumbres argentinas más representativas y famosas son, sin ningún orden en particular, la bandera, el asado, el fútbol, el mate, las empanadas, la celebración de las fechas patrias, las facturas y muy especialmente las medialunas, el vino, el tango, la payada, el folklore gaucho relacionado con la doma y el orgullo por Buenos Aires, que supo ser una de las urbes más grandes del mundo en su momento. Como vemos en la imagen, las terrazas son espacios donde podemos manifestar decorativamente una o dos costumbres argentinas.
Las tradiciones argentinas se originan de la mezcla entre las costumbres de los pueblos precolombinos que se fundieron con las de los conquistadores españoles y más tarde con las de los inmigrantes que venían principalmente de Europa. Los decoradores y diseñadores de interiores nos hablan de una estética campera, que nos hace pensar en caballos y gauchos, mezclada con una fuerte influencia europea que va desde el estilo colonial, hasta la arquitectura y el estilo contemporáneo.
De nuestros antepasados españoles e italianos nos viene ese amor sin límites por el café y de los ingleses el té de las 5pm. Pero ninguna de estas bebidas estará completa a menos que las acompañemos con facturas, pan con miel, biycochos de grasa o galletitas con dulce de leche.
Especialmente aquellos que se han criado en el campo, no pueden olvidar ciertos aspectos de la vida al aire libre y de nuestro pasado gauchesco. Es así como el cuero o la piel de vaca, las alfombras con guardas artesanales de tipo étnico y cualquier elemento que pueda estar asociado al campo, los caballos y la doma, tiene un lugar en el corazón de la mayoría de los argentinos.
Los argentinos tendemos a criticarnos a nosotros mismos sin piedad, pero ¡ay del extranjero que se atreva a esbozar la más leve censura a nuestro país, que de seguro pasará un mal rato! Los argentinos estamos orgullosísimos de nuestro país, aún conscientes de sus defectos y buscamos formas de manifestarlo hasta en los muebles.
La fecha de la Declaración de la Independencia tiene un lugar muy especial en el corazón de los argentinos. No en vano la avenida más ancha del mundo ostenta orgullosamente la fecha de tan especial evento. En nuestro país esta fecha es uno de los feriados que por su importancia, es inamovible y se celebra con toda clase de actos que nos recuerdan al menos por un día nuestro pasado glorioso.
Ya sea para celebrar el 25 de mayo o el 9 de julio e independientremente de que sirvamos locro o pastelitos de dulce, en nuestros comedores nos gusta que se sienta lo especial de la fecha. Una mesa a todo trapo con flores, servilletas y manteles de colores alusivos a nuestro país y a la fecha, la cristalería y la vajilla buenas y algunas velas, serán suficientes para darle ese aire festivo al comedor.
Buenos Aires es el orgullo de propios y ajenos. Esta ciudad que durante su época de esplendor no tuvo par en América Latina, sigue siendo considerada una de las urbes más fascinantes del planeta. Los porteños disfrutan de sus calles y arquitectura ecléctica y juran que no podrían vivir en ningún otro lugar, mucha gente del interior se muda a la Ciudad de la Furia para cumplir sus sueños y ni hablar de la gran cantidad de expatriados que llegan todos los años a Buenos Aires y se quedan por varios años.
El asado argentino es mucho más que una costumbre gastronómica. Se trata de una excusa para reunir a la familia y a los amigos tan a menudo como una vez por semana, en algunas casas. Las enormes extensiones planas que se utilizaron básicamente para la ganadería cimentaron la costumbre argentina de reunirse alrededor del fuego a compartir la carne, los embutidos y las achuras. Digamos que es un país en el que no es fácil ser vegetariano.
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Esta infusión es omnipresente en la vida de muchos argentinos varias veces al día. Solos o en compañía, el mate califica como tradición por lo estricto de las normas para su degustación. En casi cada hogar argentino encontraremos al menos un mate con su bombilla y una bolsa de yerba.
Los argentinos viven el fútbol todo el año, con un amor y fanatismo sin límites por el club de su elección en particular y por la selección nacional en general. Como reza el slogan, en Argentina el fútbol es pasión.
La gran calidad de los vinos argentinos, cada vez más reconocidos en el mundo, son otra costumbre argentina que vale la pena mencionar. Como acompañante fijo del asado, el favorito de la mayoría es el Malbec, una de las expresiones más argentinas que existen, por tratarse de una cepa local que marida maravillosamente bien con la carne, para más señas.
